Inspirado en las pruebas de arrastre de bueyes conocidas como idi-probak en Euskal Herria, recreamos el vinculo entre el animal y el humano, su fisicalidad, la jerarquía y su lenguaje en la plaza. Todo a través de la mirada del animal.
Un trabajo que pretende reflexionar de manera crítica sobre la realidad de dichas pruebas de arrastre, desde la mirada, desde el ojo del buey protagonista de las pruebas, de ahí su nombre, Ojo de buey. A través de tres bailarines en escena la obra reflexiona sobre la no presencia de la mujer en estos espacios, o la dudosa moralidad de este tipo de deportes, recreando a su vez el peso, la emoción, la carga y la dureza de este tipo de deportes.
Ficha artística