El grupo creativo Lokatz Loreak ha creado un espectáculo teatral basado en el bertso, planteado como un juego entre el mundo interno y el externo: Itzal(iko) bagina. Zeharkatu gaituena performatzen. Dirigido por Iraitz Lizarraga y producido por Lanku, el espectáculo propone un viaje del individualismo a la colectividad. Desde el humor, habla sobre la vergüenza, la rivalidad y el cuerpo, valiéndose para ello de los colores y de los juegos de las sombras. Tras el descanso estival, Janire Arrizabalaga, Izaro Bilbao y Araitz Katarain esperan estar de vuelta en los escenarios, a partir de septiembre. Hemos hablado con ellas.
¿Quiénes forman el grupo creativo Lokatz Loreak? ¿Con qué propósito nació?
El grupo creativo Lokatz Loreak lo formamos Janire Arrizabalaga, Araitz Katarain e Izaro Bilbao, tres jóvenes creadoras, y, principalmente, bertsolaris. Las tres somos muy diferentes en sí, y aunque cada una de nosotras ofrecemos al grupo mucho de nuestro propio carácter, entendemos este colectivo como una globalidad, no sólo como un grupo formado por tres personas.
En este momento, vemos las cosas con gran claridad, pero debemos decir que al crear el grupo no éramos muy conscientes de lo que estábamos construyendo, pues todo surgió de un modo muy natural. Siempre hemos mencionado la idea de encontrar un "lugar propio", y lo cierto es que de ahí surgió este grupo, de la necesidad de un lugar y del deseo de ofrecer algo así a los demás.
(Foto: Unai Mateo | Fuente: Loraldia)
Itzal(iko) bagina. Zeharkatu gaituena performatzen es el nombre de vuestro nuevo proyecto. ¿Cómo surgió la idea? ¿Qué habéis querido contar?
Quizá sea curioso para muchas personas, pero el nombre fue algo que llegó al final. El proyecto parte de una apuesta que hizo Lanku por nosotras, ya que fue allí donde nos ofrecieron una propuesta para hacer algo, y, sobre todo, apoyo. Una vez aceptada la propuesta, comenzamos a elaborar el guion y, tras pulirlo, llegó el nombre. Eso sí, teníamos muy claro la necesidad de la palabra "sombra", ya que la esencia del teatro es el juego realizado con las luces y las sombras.
Con esta dicotomía pretendemos mostrar diversos temas, pero quizá los más destacados sean la rivalidad, la vergüenza y el cuerpo, representados por los tres personajes. Aunque se reflejan en las tres bertsolaris, estos problemas son muy frecuentes en cualquier mujer que adquiera carácter público, por lo que queremos dejar claro en todo momento que es algo sistemático y no individual; de ahí la razón por la que las protagonistas carecen de nombre. Al final, siendo un problema sistemático, hacemos un llamamiento a una respuesta colectiva, mostrando que a pesar de las diferentes sombras, todos y todas estamos detrás de la misma tela. A pesar de todo, es importante destacar que no queremos dar ningún tipo de aprendizaje moral, sino que estamos contando algo que parte de nuestras vivencias, porque creemos que es la mejor forma de hablar de los demás.
(Foto: Unai Mateo | Fuente: Loraldia)
Situáis el espectáculo en el mundo del bertsolarismo, pero no lo centráis en el bertso, sino en vivencias en torno a la identidad, basadas en los tres ejes que ya habéis adelantado: la vergüenza, la rivalidad y el cuerpo. Por medio del bertso, yendo más allá del bertso. ¿Por qué esos tres?
También se habla del bertso, aunque se podría trasladar asimismo a cualquier otra disciplina. Nosotras venimos del mundo del bertsolarismo, e, inevitablemente, es lo que hemos vivido. Sin embargo, creemos que puede sentirse identificada cualquier persona proveniente de cualquier otra disciplina deportiva o artística. Y es lo que buscamos. Hemos seleccionado estas tres cuestiones en el proceso que narramos, que va del campeonato escolar de bertsos ("eskolartekoa") a la edad adulta, al ser tres cuestiones que están muy presentes. Además, al basarnos parte en nuestras vivencias, han sido tres grandes temas que nos han afectado mucho.
Es evidente que cada personaje, por el hecho de representar un tema, no se limita a ello: la rivalidad no sólo es rivalidad, los temas se entremezclan, pues la vergüenza también tiene que ver con la rivalidad y el cuerpo. Hemos intentado asumir un rol y llevarlo al extremo, para que se pueda ver mejor en la representación.
Por lo tanto, cada personaje simboliza uno de estos ejes. ¿Quién materializa cada uno de ellos? ¿Cómo son los personajes? ¿Cómo es su evolución a lo largo de la obra? ¿De qué fuente habéis bebido para crearlos?
Cada una de nosotras personifica una clave de las tres cuestiones que nos encontramos en el proceso de puesta en escena: cuerpo, rivalidad y vergüenza. Cada una de ellas está asociada a un color y a un objeto. Araitz representa la vergüenza, Janire la rivalidad e Izaro el cuerpo. Pero es la propia obra la que nos lleva a ver cómo se entremezclan los tres, cómo detrás de los problemas individuales de cada uno hay siempre una estructura.
Cada personaje representa una identidad llevada al extremo, llevada al cuerpo con técnicas teatrales de la mano de Iraitz Lizarraga, pero que nosotras la hemos llevado a las palabras tras reflexionar profundamente.
Para entender el sentido del espectáculo, es importante tener presente que nosotras no somos esos personajes. A pesar de que han bebido mucho de nuestras vivencias personales y los sentimos muy cercanos, no están más que basados en nuestras vivencias y en las de nuestro entorno. Nos gustaría tomar el concepto de personaje de forma mucho más amplia para transmitir el mensaje principal. Lo que se pretende es que la gente se sienta identificada con ellos.
(Foto: Unai Mateo | Fuente: Loraldia)
Los colores, los objetos y las sombras son muy importantes en el espectáculo. ¿Cómo ha sido dar forma teatral a la idea inicial? Habéis contado con la ayuda de Iraitz Lizarraga para la puesta en escena. ¿Qué le ha aportado a la obra?
El espectáculo se centra en tres colores: rojo, violeta y verde. En cuanto a los objetos, tenemos el espejo, la medalla y la máscara. Como hemos dicho, cada uno de ellos está estrechamente ligado a cada una de nosotras. Más adelante se entremezcla todo. Hemos querido dar importancia a transmitir el mensaje por imágenes además de por palabras, ya que los medios audiovisuales siempre han tenido mucha presencia en nuestros trabajos.
La sombra tiene una gran importancia en la actuación. La clave del atrezo son tres estructuras blancas individuales, y detrás de ellas se proyectarán nuestras sombras. De esta manera representaremos el mundo interior, y veremos cómo estas estructuras blancas se irán agrietando.
Desde el principio, dar forma teatral ha sido para nosotras un objetivo, un objetivo que hemos tenido muy presente y que lo hemos establecido como reto. Queríamos que el cuerpo cogiera espacio, sacarlo del molde rígido del bertsolarismo y representarlo de otra manera. Sin duda, para conseguirlo ha sido imprescindible contar con ayuda. Conocer a Iraitz y tenerla como directora ha sido una de las cosas más bellas y necesarias del proceso. Estamos muy agradecidas por su trabajo y por el ambiente que ha creado en colaboración con nosotras.
(Foto: Lanku)
¿Os habéis quedado a gusto con el resultado final? ¿Habéis podido reflejar lo que teníais en mente al principio? ¿Qué habéis descubierto en el camino?
Sí, diríamos que estamos totalmente satisfechas con el resultado. Es muy diferente a lo que habíamos pensado al principio, porque es bastante difícil imaginarte en algo no hecho anteriormente. Eso era lo que queríamos. Con Iraitz hemos encontrado una forma equilibrada pero potente de mostrar el mensaje. También le hemos dado mucho espacio al humor, alejándonos del tono dramático que adquirió el guion en el momento de su creación.
Lograr todo ello ha supuesto ir recogiendo el fruto, en un camino que nos ha enriquecido mucho personal y colectivamente. Creemos que hemos transmitido aquello que queríamos transmitir y que el espectador recibe aquello que llevábamos en nuestro interior con risas, lágrimas y asombro.
Tras una representación, una persona os escribió diciendo que al ver la obra se había sentido menos sola. No es cualquier cosa. Es un bello mensaje. ¿Está funcionando el espectáculo como esperabais? ¿Qué destaca la gente?
Es cierto que el mensaje es duro, pero hermoso a la vez. No creemos que lo que buscamos pueda definirse mejor que con lo manifestado por aquella persona: que toda persona que venga se sienta menos sola, aunque solo sea por un momento.
La respuesta de la gente ha sido muy diferente según el público y la localidad. Y eso es bonito. En cada sesión son diferentes los chistes o situaciones que hacen gracia o los momentos en el que empiezan a aplaudir, y es algo sorprendente incluso para nosotras. Y así, vivimos cada actuación de manera diferente. En general, estamos muy satisfechas con lo realizado hasta ahora; todas la actuaciones han sido especiales, cada una a su manera.
Lo que más sorprende a la gente es ver cuánto nos hemos adentrado en el teatro y cuánto nos hemos alejado del bertso. No es lo esperado por los y las asistentes, y es lo que nos subrayan siempre al finalizar la actuación.
¿Estáis concretando nuevas actuaciones? De cara al futuro, ¿hacia dónde le gustaría dirigirse al grupo creativo Lokatz Loreak?
A partir de septiembre volveremos a estar en las salas de diferentes rincones de Euskal Herria, tras tomar un pequeño descanso en verano. Lokatz Loreak no lo entendemos sin nosotras tres; por lo tanto, nos gustaría seguir mientras la gente y nosotras mismas estemos a gusto. Por supuesto, Lanku también tendrá algo que decir. De momento, como grupo nos centraremos en este proyecto, y de cara al futuro, ya pensaremos lo que podemos hacer, pues no nos cansamos al menos de crear.
(Especial publicado el 15 de julio de 2024)